"La Casa del Lobizón"
(Terror Nacional
Autóctono)
Presentamos la primer
y única "Casa de Terror" en la Argentina basada en nuestros mitos y
leyendas populares. Aquí podrán ver, en
una especie de "Laberinto Federal del Terror", al séptimo hijo varón
convertirse en Lobizón, a San La Muerte, El Pombero, La Llorona, La
Luz
Mala,
El Chancho sin Cabeza,
El Basilisco, La Viuda Negra, La Parca, La Mula Ánima, El Futre y otros mitos muy nuestros
que son más que suficientes para
asustarnos y divertirnos.
En la Argentina el primer
caso de Hombre Lobo ocurrió en los pagos de Chivilcoy (Pcia. de Buenos
Aires) en el año 1877 cerca del almacén "La Colorada". En
1973 el presidente Perón decretó que todo séptimo hijo varón nacido en
Argentina fuera apadrinado por el Presidente de la Nación y que el
estado se ocupe de becar su crianza y todos sus estudios" |
El Lobizón de Chivilcoy
Según una extensa investigación realizada por el relator y sociólogo
popular Angulino, el primer caso de Hombre Lobo que se tenga
registro en la Argentina, ocurrió en la ciudad de Chivilcoy, Pcia. de
Buenos Aires, cerca del almacén “La Colorada” (aún hoy está
funcionando este almacén), en el camino que une Chivilcoy con Moquehuá. Esto
fue alrededor del año 1877.
La familia que tuvo siete hijos varones seguidos (el más chico que se
transformaba en Lobo tenía en ese entonces 19 años), malvendió su campo y se
fueron a vivir a la provincia de Mendoza. Los que saben el apellido de esa
familia dicen que trae muy mala suerte mencionarlo. Contaba el peluquero
José Elías (1903 / 1991) que él en su juventud abrió una peluquería en Henry
Bell (cerca del almacén “La Colorada”) y llegó a cortarle el pelo al
Lobizón, ya que éste en su vejez regresó a Chivilcoy para conocer el lugar
donde había nacido. El ex “Hombre Lobo” le contó al peluquero Elías que se
convirtió en Lobo por más de tres años las noches de luna llena (primero en
Chivilcoy y después en Mendoza), hasta que su padre (que era ateo) aceptó
rebautizarlo en siete iglesias distintas y que el padrino sea su hermano
mayor.
Según el equipo de antropólogos NAyA, en Argentina la costumbre de que el
hermano mayor sea el padrino, se cambió luego por el padrinazgo
presidencial. Se sabe a través de relatos orales, ya que los archivos se
quemaron a mediados del siglo pasado, que en 1907 se realizó el primer
bautismo con padrinazgo presidencial para revertir el maleficio, en
la localidad de Coronel Pringles. Un inmigrante ruso padre de un séptimo
hijo varón importó una tradición que cumplían rigurosamente los zares. En
1973 el presidente Perón legalizó a través del decreto 848 una costumbre
que ya se había generalizado en la práctica. Según el decreto los padres
pueden optar por el padrinazgo "moral" (ya que raramente concurren) del
Presidente de la Nación. Asimismo, los integrantes de la División de
Padrinazgos de la Casa de Gobierno se encargarán de hacerle llegar una
medallita de oro y un diploma conmemorativo. También tendrán una beca
para sus estudios primarios y secundarios.
Actualmente hay en Argentina un promedio de 300 padrinazgos anuales, de los
cuales sólo el 30 por ciento corresponde a mujeres.
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